18/12: NUOVOMUNDO de Emanuele Crialese

Nuovomundo de Emanuele Crialese (Italia, 2006, 118′)

Nuovomundo

Partir, partir hacia esa America de promesas matrimoniales, de fotos trucadas con cebollas y zanahorias de tamaños desproporcionados, y con la certeza de que, después de todo, no ha de ser tan difícil encontrar a un hermano gemelo en la ciudad de New York, vendiendo lo poco que se tiene -y realmente se tiene muy poco-  a un pastor que resulta ser el cura del pueblo que guarda las ropas de los difuntos ilustres porque alguien, probablemente, las necesitará en algún futuro, en ese futuro que ha llegado para esos personajes que, ya sabemos, no esperaban nada de él, salvo poder instalar una fantasía, un ilusión, una vida diferente, una otra vida más allá de ese océano que se imagina como casi infinito, a una distancia difícil de imaginar, a un tiempo imposible de calcular. ¿Quién puede pensar todo esto en el centro de una tierra yerma, de roquedales milenarios, de cabras y ovejas y pies descalzos y casas de piedra? Tal vez, tan sólo, los desesperados. Aquellos que antes de abordar un barco pasan por absurdas preguntas y por requisas inexistentes, aquellos que en el medio de una marea humana intentan permanecer juntos, en ese plano general picado que pocas veces hemos visto en el cine, en esa confusión de dialectos, en ese encuentro por conveniencia y por amor, en ese registro que se cierra debajo de la cubierta y se abre un tanto cuando se pasea por ella. En ese llegada bajo la niebla y en esa requisa distinta, ascética, conclusiva, porque no todos pueden, ni deben, ingresar al sueño americano, no todos están en condiciones de hacerlo, no todos pueden completar los formularios y contestar las preguntas y culminar exitosamente los test, ni tan siquiera, no todos pueden leer y escribir, aunque sí conocer, por primera y quizá última vez, a la mujer o al hombre que se ha prometido para habitar, finalmente, esta tierra tan prometida. ¿Algunas de estas cosas las sabíamos? Puede ser, ¿algunas las imaginábamos? Puede ser también, seguramente hemos visto, aquí o allá, algo de todo esto, pero probablemente no en forma de comedia, esto que es, en definitiva, el film de Crialese. La comedia de ese Nuovo Mondo que nunca vemos realmente, o sí, en ese mar de leche donde nadan todos esos personajes que nunca son abandonados a un destino cruel, o abandonados sin más, en ese plano final que se aleja suavemente hasta que sólo vemos pequeñas figuras que parecen volar. Parecen, es sólo, y tanto como esto, el sueño de esta otra vida. Fernando Pujato
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Una respuesta a 18/12: NUOVOMUNDO de Emanuele Crialese

  1. Jorge H dijo:

    El tema de la inmigración italiana a EEUU, debe haber sido tratado por infinidad de películas. ¿Qué aporta de original Emanuele Crialese para que valga la pena ver otro filme sobre el mismo asunto? Creemos que sus aciertos temáticos y formales son muchos, y ello justifica su visionado.

    En primer lugar destaquemos el tono. A pesar de la situación de extrema pobreza que se muestra en la película, ambientada en Sicilia en su primera parte, el relato tiene un estilo reposado, más cerca de la comedia que del drama. Sus personajes, que pasan hambre, frío, y viven en hogares precarios, van por la vida llenos de esperanzas. El principal sueño es emigrar a EEUU, país que idealizan e imaginan desbordantes de riquezas al alcance de la mano. Son ingenuos pero obstinados. Jugando con esta fantasía, el director hace desfilar imágenes oníricas, de gigantescas cebollas y zanahorias y ríos de leche donde los protagonistas se bañan. Se bañan vestidos, más como una búsqueda de bendición que por higiene. La escena final, de una belleza extraordinaria, basada en estas ensoñaciones, comienza con una toma en picado, y luego la cámara va alejándose lentamente generando un extraño efecto (ver tercer video).

    En segundo lugar destaquemos los momentos.

    Crialese retrata tres períodos claves. En cada uno hay varias secuencias prodigiosas para destacar. Uno de esos momentos retrata las circunstancias antes de la partida, desde que se toma la decisión hasta que se sube al barco. Una de las escenas más bellas y significativas es el ascenso a un monte donde existe un santuario. Allí los promesantes intentan encontrar una señal de Dios para combatir la incertidumbre respecto a si emigrar o quedarse (ver primer video).

    La travesía por el océano, con la convivencia entre los pasajeros, se trabaja en planos cerrados, acordes con el clima asfixiante que se vive en el barco, en especial por el hacinamiento. La coexistencia va forjando en los inmigrantes un estado de ánimo más confiado, cuando se van presentando y conociéndose y quizás descubriendo que tiene historias similares que los hermanan. Estas secuencias del viaje son una decisión de puesta en escena sumamente original, y no se suele prestarles la debida atención cuando se relatan historias de inmigrantes. La mejor escena de esta parte es el ingreso al barco, mediante una toma en picado absolutamente vertical, como si el barco fuera a engullir a sus pasajeros, que ingresan con miedo a un artefacto al que nunca subieron antes (ver segundo video).

    Por último, los momentos del arribo y la incertidumbre de la recepción. En una isla, que funciona como antesala de los EEUU, los inmigrantes viven en un hotel mientras son revisados físicamente y evaluados mentalmente, para determinar si pueden ser aptos para ingresar al país. En esta estadía en la isla, están las secuencias políticas más explícitas. Las discusiones y las peleas entre inmigrantes y funcionarios, médicos y enfermeros, dan lugar a diálogos filosos, y van creando un clima de descontento entre los recién llegados. Un tiempo prolongado, en forma meticulosa, el director se dedica a mostrar la forma en que se arman matrimonios por conveniencia, como otra estrategia de supervivencia en el nuevo mundo.

    Y donde muchos filmes dedicados a la inmigración, comienzan, en las puertas del nuevo mundo, Crialese concluye su historia, con un final abierto, en la penúltima secuencia, que refleja muy bien, en una sola escena, todo lo bueno y lo malo de estas duras experiencias.

    La fotografía de toda la película es extraordinaria y refleja el gran trabajo de una de las mejores fotógrafas de Europa: Agnès Godard.

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